DIEGO SENIOR

Producer / Journalist / PM + BD

In Depth Feature for SoHo Magazine (Colombia)

Published: July, 2016

HISTORIA HUMANA DE UNA REMESA

Así vaya de Queens hacia Armenia, el viaje de esta remesa verdaderamente comienza en un río de la frontera entre México y Estados Unidos. Ahí, donde el paso de ilegales es cosa diaria, está Leonardo Jaramillo. Es 1985, y a sus 14 años este colombiano, cagado del susto, tiene a pesar de todo su meta fija: comenzar una nueva vida en Norteamérica. Leonardo recuerda que después del fin de la relación de sus padres, su papá había decidido volarse hacia el país del norte e incitó a su hijo a que hiciera lo mismo un tiempo después. Según las historias que le contaron de niño, pudo llegar en 1979, en una avioneta que salió de Medellín, pasó por una de las islas de Carlos Lehder para luego aterrizar en La Florida. Fue su padre, cuyo nombre prefiere no mencionar, quien lo puso en contacto con las personas que organizan esos infernales trayectos desde Colombia hasta Texas, para después llegar a lo que parece ser un "felices por siempre". Leonardo lleva una hora sentado a las afueras de Ciudad Juárez, en medio de la nada y chupando arena. A su lado está Antonio Duván, su hermano mayor, oyendo música en un viejo walkman. Andan escondidos detrás de una piedra y esperando señal para correr hacia el siguiente punto de encuentro. 

Esta seña, un chiflido usualmente, viene de un mexicano que se dedica a traficar personas en esta frontera, uno de esos que llaman 'coyotes'. De cuerpo todavía endeble, para poder cruzar uno de los ríos entre Ciudad Juárez y la frontera con Texas, Leonardo tiene que sentarse en los hombros del coyote, cuyo nombre real nunca conoció pero que les cobró la segunda tajada de los 4.000 dólares que les costó el viaje completo. El proceso que llena a Estados Unidos de inmigrantes ilegales transcurre sin percance alguno para los hermanos Jaramillo. Del miedo que sienten los que entran por el hueco, también llamados 'mojados' entre los hispanoamericanos, le queda a Leonardo una lección: desde ese día se da cuenta de que ayudará a su familia viva donde viva, a la distancia que sea, haga lo que haga. Cree, igual que el resto de mojados, que entrando a este país podrá tener lo que en Armenia no tuvo, y dar lo que en su ciudad natal nunca pudo dar. 

 

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